
La nostalgia es un arma de doble filo, y antes de hacer cualquier tipo de crítica de La Pistola Desnuda (2025), muchos nos preguntamos si la nueva versión estaría a la altura del legado de Leslie Nielsen. En esta reseña, analizo la nueva comedia de Liam Neeson, destacando sus aciertos, sus fallos y si, al final, logra su objetivo: hacernos reír.
Un espectador complaciente y un acierto de casting
Confieso que me he vuelto un espectador bastante complaciente. Cada vez que se anuncia una película que toca una fibra nostálgica, la veo con las expectativas premeditadamente bajas, casi asumiendo que la fuente de inspiración será malinterpretada o, peor aún, destrozada.
Con la nueva versión de Naked Gun, mi única esperanza era que el talento para la comedia de Liam Neeson, autoparodiando sus roles de héroe de acción duro, lograra sacarme algunas carcajadas. Y aunque algunas decisiones me sacaron un poco de eje, lo hizo.
El principal acierto de la película es, sin duda, el casting. Neeson es quizás el único capaz de llenar los zapatos de Leslie Nielsen sin caer en la imitación barata o la falta de respeto. Su línea de diálogo frente al retrato de su padre es una genial declaración de intenciones: “Solo quiero ser exactamente como tú, pero en una versión diferente y mejorada”. Una frase tan contradictoria que, en el universo de la película, está destinada a cumplirse.
A su lado, Pamela Anderson brilla en un personaje que abraza el ridículo sin miedo, encajando a la perfección, mientras que Paul Walter Hauser y un moderado Danny Huston demuestran entender la clave del género: tomarse el sinsentido con la más absoluta seriedad.

La ausencia del genio de ZAZ: lo que se extraña del original
Sin embargo, no todo funciona con la misma precisión. Una falla notoria es la banda sonora, específicamente la ausencia de un tema de presentación memorable. No era necesario replicar la icónica fanfarria original, pero sí crear algo que evocara la parodia, no una saga de acción genérica al estilo Misión Imposible.
Faltó ese toque distintivo y se extrañó demasiado.
También se echa en falta la genialidad de los chistes en segundo plano, un sello de la saga. Se subestima al espectador de 2025, asumiendo que no puede procesar múltiples capas de comedia simultáneamente, como cuando en los 80 disfrutábamos de un enredo con queso de pizza en un restaurante mientras los protagonistas mantenían una conversación absurda al frente.
Chistes reciclados y el problema de la rejugabilidad
Aquí, el humor es casi siempre bidimensional, lo que se agrava con la copia de gags ya vistos hasta el hartazgo. El juego con las cámaras térmicas que insinúa una escena sexual, un recurso popularizado por Austin Powers, se siente más como un préstamo perezoso que como un homenaje elaborado.
A pesar de esto, la película recupera el pulso gracias a sus diálogos rápidos, basados en malentendidos, esa técnica que nos deslumbró con Leslie Nielsen, no tanto en Naked Gun, sino en su papel de médico solemne en Airplane!.
Algunos gags repetidos, como el de los puros cubanos, funcionan como un guiño cómplice. La frase de Frank Drebin tras provocar un desastre y una fuga de presos —“Les dije que este lugar se está yendo al diablo”—, sigue siendo efectiva.
El problema es que muchos de estos chistes son de un solo uso y, lo que es peor, el tráiler ya los ha quemado. La revelación de la identidad de la niña en el banco provoca una carcajada la primera vez, pero ya a la segunda, apenas genera una mueca. Las películas originales de ZAZ son infinitamente revisionables; esta nueva versión, no tanto. Neeson tiene la capacidad gestual, pero los gags no siempre están a la altura.

Veredicto: ¿Vale la pena ver La Pistola Desnuda (2025)?
Afortunadamente, la gracia resurge en escenas específicas. El romance entre Frank y Beth en una cabaña nevada, con un muñeco de por medio, está a la altura del legado y se disfruta más de una vez. La parodia de Misión Imposible es genial, aunque uno siente que el trío ZAZ la habría llevado a un extremo aún más delirante.
En definitiva, el guion cumple a medias y deja con gusto a poco. La elección de Akiva Schaffer como director se siente extraña cuando la idea parecía apuntar al estilo de Jay Roach (Austin Powers) o Seth MacFarlane (Ted), quienes habrían ido mucho más a fondo.
Para resumir mi opinión sobre La Pistola Desnuda (2025), aquí tienes los puntos clave:
Lo mejor:
- El casting de Liam Neeson: Se apropia del personaje sin imitar a Nielsen y su timing cómico es el pilar de la película.
- Algunos gags brillantes: Escenas como la de la cabaña nevada demuestran que el espíritu de la saga sigue ahí.
- Los diálogos rápidos: El humor basado en malentendidos sigue funcionando a la perfección.
Lo peor:
- Falta de creatividad: Abusa de gags ya vistos y carece de los geniales chistes en segundo plano.
- Poca rejugabilidad: Muchos de los mejores chistes son arruinados por el tráiler.
- Un guion conformista: No asume los riesgos que hicieron legendaria a la original.
No es un desastre ni una decepción, porque mis expectativas eran modestas. Me divertí, la pasé bien y vería una secuela. Pero, por favor, que en la próxima entrega apuesten más fuerte. Que nos den un Nordberg memorable o que llamen a los guionistas de División Palermo para que les enseñen cómo se nos hace reír de verdad en 2025.
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